sábado, 15 de septiembre de 2018

Verano ¿mal momento para ver aves? mi hermano y yo te demostramos que no

Este verano, pese a ser la peor época para observar aves, tuve un par de citas ineludibles con los prismáticos y la cámara, ya que mi hermano Nacho Pérez Ruiz estaba por Melilla (el resto del año estudia en Granada), y comparte esta hermosa pasión conmigo, por lo que era más que necesario pasar calor mientras observábamos la estivada de nuestros amigos emplumados.

Así pues, el pasado 29 de julio disfrutamos del día en la ya famosa Laguna salobre de la Mar Chica, en la vecina ciudad de Nador (también mencionada en el post del mes pasado: http://elcabodelasaves.blogspot.com/2018/08/los-moluscos-han-tomado-el-cabo.html), observando limícolas y aves costeras. Días más tarde, el 11 y 12 de agosto, estuvimos viendo atardecer y amanecer en el valle de Charranes, un pueblecito ubicado en la costa occidental del Cabo Tres Forcas, donde disfrutamos de diversas rapaces y aves típicas de la huerta y el bosquecito mediterráneo.

Foto de parte de la Mar Chica, con la ciudad de Nador al fondo y un Águila pescadora posando ante la cámara

Laguna de la Mar Chica.


Nuestro primer destino fue la Mar Chica, un lugar del que he hablado en diversos post y que posee una biodiversidad apabullante, destacando en lo que a aves se refiere. Sus condiciones son óptimas para limícolas, flamencos y aves costeras, pues ofrece el equilibrio perfecto entre clima benigno, alimento de sobra y una flora que habilita buenas zonas de cría.

El primer brazo de tierra de la laguna fue nuestro lugar de observación, son más de 25 km. de tierra que separa el Mediterráneo de las salobres aguas de la Mar Chica.



Además de todo lo anteriormente descrito, este humedal se encuentra a no más de media hora andando de la ciudad de Melilla, por lo que es tremendamente accesible para pasar el día de ruta por la zona sin necesidad de un vehículo o grandes preparativos. Si por el contrario se desea ir en coche, pasando la frontera te encuentras a 10 minutos de la entrada a la laguna, y una pista en linea recta te permite llegar sobre cuatro ruedas donde te plazca, aunque aconsejo ser consecuente y respetar la zona para su mantenimiento, intentando no ser demasiado invasivo.

A continuación os mostramos las especie observados por orden alfabético: Águila pescadora (Pandion haliaetus), Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Andarríos chico (Actitis hypoleucos), Archibebe claro (Tringa nebularia), Archibebe común (Tringa totanus), Bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus), Charrán patinegro (Sterna sandvicensis), Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), Cigüeñuela común (Himantopus himantopus), Cistícola buitrón (Cisticola juncidis), Cogujada común (Galerida cristata), Correlimos común (Calidris alpina), Flamenco común (Phoenicopterus roseus), Garceta común (Egretta garzetta), Garcilla bueyera (Bubulcus ibis), Garza real (Ardea cinerea), Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii), Gaviota patiamarilla (Larus michahellis), Gaviota picofina (Chroicocephalus genei), Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), Golondrina común (Hirundo rustica), Gorrión común (Passer domesticus), Ostrero euroasiatico (Haemantopus ostralegus), Paloma bravía (Columba livia), Tórtola europea (Streptopelia turtur), Tórtola turca (Streptopelia decaocto), Vencejo pálido (Apus palidus)

Aguila pescadora (Pandion haliaetus)







Águila de gran tamaño, que aparece en la portada del post, ejemplar residente que siempre nos espera fiel sobre ese poste que bien le sirve de atalaya. Común es verla aquí devorando algún pez caído en desgracia. Tuve la suerte de ver dos ejemplares, pero desconozco si forman pareja, lo que sería una gran noticia para la zona.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos)



Reconocible por la media luna blanca que se interna entre su ala y su cuello. Muy común en la zona, y residente también en Melilla.

Archibebe claro (Tringa nebularia)




Solo vi un ejemplar de esta especie, acompañado por un grupo de Archibebes comunes. Se pueden diferenciar de estos por la coloración de las patas y el pico (oscura en el claro), así como rasgos del plumaje (cabeza grisácea)

Archibebe común (Tringa totanus)






Una de las limícolas que encontré en mayor número, tanto ejemplares solitarios como grupos. Fácil de reconocer por esas patas rojizas-anaranjadas, al igual que su pico. Ave muy elegante y vistosa.

Charrán patinegro (Sterna sandvicensis



Preciosa ave que en esta ocasión pude observar descansando en los bancales arenosos, ávido pescador y volador temerario. Como curiosidad, la playa de la salida que comento a continuación se llama Charranes por estos curiosos emplumados.

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)




Se diferencia del Chorlitejo chico (Charadrius dubius), además de por el tamaño y algún rasgo sutil, por el color de sus patas, siendo anaranjadas en el grande y rosáceas en el chico; también el anillo ocular, destacando en amarillo para el chico; por último el pico tiene el tono naranja en la base del grande, siendo completamente oscuro en el chico.

Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus)





De todos los Chorlitejos es mi preferido, pequeño y más clarito que los demás; sus patas son oscuras (como su nombre indica)

Cigüeñuela común (Himantopus himantopus)





Ave muy llamativa por sus largas y rojas patas, su andar elegante y su curioso vuelo, en la Mar Chica me la encontré criando en buen número. Una de las limícolas más comunes, se gano el puesto como el Emplumado del mes de septiembre

Cogujada común (Galerida cristata)





Curiosamente, el ejemplar de la foto fue el primer y último ave que vi en esta visita, pues se encontraba en un pequeño claro a la entrada de la laguna. Muy común por esta zona, es fácil verla en montículos de tierra o vayas y muros bajos.

Correlimos común (Calidris alpina)



Graciosa limícola, a la que reconocí por la bien delimitada mancha negra en su vientre. Solo pude ver un ejemplar pero me bastó para recordar el oscarizado corto de Pixar "Piper", que tiene a esta ave como protagonista. Os invito a verlo.


(el corto se ve reducido en pantalla por cuestiones de copyright)

Flamenco común (Phoenicopterus roseus)





Por su tamaño, su color rosado, sus extrañas formas y otras innumerables razones, los Flamencos comunes son una de las aves más buscadas de la laguna, en la que por suerte pueden verse durante todo el año y, aunque verano es la peor época para verlas, había un número aceptable de ejemplares.

Garceta común (Egretta garzetta)



En esta foto podemos apreciar los pies amarillos tan característicos de las garcetas.

Las Garcetas comunes se caracterizan por su blanco puro en el plumaje, su pico oscuro con la brida celeste y, sobre todo, por sus llamativos pies amarillos.

Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii)





A mi parecer la más bellas de todas las gaviotas, la Audouin es una fascinante especie que encuentra en el entorno de Melilla un reducto donde, pese a las complicaciones, sigue criando y manteniendo un número esperanzador de individuos.

Os invito a recordar este post sobre la Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii) pulsando sobre su nombre.

Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)




La Gaviota reidora, complicada de diferenciar de otras como la Cabecinegra (Chroicocephalus melanocephala), pudimos verla en buen número, ejemplares de diferentes edades y con libreas cambiantes. Por desgracia fuimos testigos de como una de ellas perecía atacada por una de las innumerables manadas de perros asilvestrados de la zona, tema que trataremos al final del post.

Ostrero euroasiatico (Haemantopus ostralegus)




Ave curiosísima, como curioso es que, pese a que su nombre hace referencia al continente euroasiático, estos ejemplares se observaron en África. El contraste de su largo pico rojo y sus tonos negros y blancos, así como su gran tamaño, convierten al ostrero en una limícola fascinante que nunca decepciona.


Por último quiero compartir unas imágenes a las que he titulado "la extraña pareja"

Aquí vemos la diferencia de tamaño entre una Cigüeñuela y un Chorlitejo patinegro

Misma sensación que la foto anterior, pero en este caso entre una Gaviota reidora (izq.) y una Patiamarilla (der.)

Dos límicolas muy comunes, el Andarríos chico (izq.) y el Archibebe común (der.)

Las garzas juegan al escondite, en este caso entre la maleza vemos una Garcilla bueyera (izq.) y una Garceta común (der.)

De archibebes va la cosa, aquí uno Claro (izq.) sigue en vuelo a uno común (der.)

En definitiva la laguna de la Mar Chica nunca decepciona, ni en la peor época del año, regalándome momentos, imágenes y sensaciones únicas en cada visita.



Valle de Charranes.

Hablamos de posiblemente el lugar del mundo más especial para mi; se trata de una playa de Marruecos, situada al final de un valle que la separa del pueblo que le da nombre, Charranes, apelativo que a su vez viene otorgado por esas maravillosas aves marinas. Hace más de medio siglo, un grupo de melillenses, entre los que se encontraba mi abuelo, decidieron construir una linea de casas cerca de la orilla, atraídos por la belleza de su costa y la increíble riqueza natural de la zona, tanto dentro como fuera del mar. El amor de mi abuelo por esta tierra pasó a mi madre y ella nos lo transmitió a mis hermanos y a mi, que desde pequeño nos hemos impregnado de este lugar, de sus mágicos atardeceres, de su fauna, de su flora...

Delimitado de la zona donde se realizaron las salidas.

Hemos cuidado el medio ambiente local como si de una obligación irrenunciable se tratara, sufriendo los años malos y disfrutando los buenos; recibiendo mucho e intentando devolver al medio todo lo que en nuestra mano estaba. Oíamos con fascinación las historias de los marineros antiguos que hablaban de cuevas donde se podían contar por decenas los ejemplares de Foca monje (Monachus monachus), de inmensos ejemplares de Mero (Epinephelus marginatus) que te cortaban la respiración, leyendas sobre fauna del lugar que nos permitía soñar despiertos con aquel paraíso que fue y ya no es, porque por desgracia hoy en día, el incipiente turismo en masa está acabando con la riqueza natural de la zona, que pasara a ser una playa más de esas en las que no hay sitio ni para poner la sombrilla.

Valle de Charranes, con la playa al fondo y la Isla de los Pájaros en frente.

Los días 11 y 12 de agosto decidimos mi hermano y yo realizar salidas por el valle plagado de huertos que se encuentra a espaldas de la playa, en horas de bajo sol, es decir, el día 11 al atardecer y el 12 con los primeros rayos de la mañana, esperando coincidir con especies más tímidas y extraordinarias.

Pudimos ver: Bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus), Busardo moro (Buteo rufinus cirtensis), Cernícalo primilla (Falco naumanni), Cistícola buitrón (Cisticola juncidis), Collalba rubia (Oenanthe hispanica hispanica), Culebrera europea (Circaetus gallicus), Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), Escribano soteño (Emberiza cirlus), Garceta común (Egretta garzetta), Garcilla bueyera (Bubulcus ibis), Gavilán común (Accipiter nisus), Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii), Gaviota patiamarilla (Larus michahellis), Golondrina común (Hirundo rustica), Gorrión común (Passer domesticus), Mirlo común (Turdus merula), Paloma bravía (Columba livia), Pinzón norteafricano (Frigilla coelebs africana), Tórtola europea (Streptopelia turtur), Tórtola turca (Streptopelia decaocto), Vencejo pálido (Apus pallidus) y Verderón común (Chloris chloris)


Busardo moro (Buteo rufinus cirtensis)





Una pena no tener fotos mejores, pues es un ave imponente. Muy parecido a su "primo" el Busardo ratonero (Buteo buteo) pero de color más claro y ligeramente mayor de tamaño.

Collalba rubia (Oenanthe hispanica hispanica)




Preciosa ave con ese plumaje rubio que le da nombre, muy parecida a la Collaba gris (Oenanthe oenanthe) pero con el antifaz mayor y colores más intensos. La collalba de las fotos pertenece a la subespecie hispanica, que la encontramos en el SO de Europa y norte de África.

Culebrera europea (Circaetus gallicus)





Águila de gran tamaño, reconocible por su capucha oscura (puede no aparecer). Su nombre hace una clara referencia a sus hábitos alimenticios

Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)



 

Podemos observar las fotos de una hembra y un macho de Curruca cabecinegra, un sílvido muy activo por esas fechas y que tiende a "juguetear" por matorrales bajos, persiguiendo y cortejando a las hembras del lugar.

Escribano soteño (Emberiza cirlus)




Ave muy común por la zona en esta fecha, encontrándose en plena época de cría formando grupos que revoloteaban entre los cultivos. Siempre destaco lo bonita que es esta especie con esos colores amarillos-verdosos y la lista superciliar, así como la bigotera que la hacen tan reconocible.

Gavilán común (Accipiter nisus)




Una de las curiosidades de la salida fue el hecho de que mientras observábamos Escribanos soteños, del monte cercano apareció una hembra de Gavilán que nos sorprendió intentando cazar a los soteños a escasos metros sobre nuestras cabezas. Su reacción fue también de sorpresa, quedándose inmóvil unos segundos, tiempo que aproveche para sacarle una foto en vuelo.

Pinzón norteafricano (Frigilla coelebs africana)



Hablamos de la subespecie de pinzón que se encuentra en el noroeste de África (Africana), el pinzón de mi zona, muy común durante todo el año y muy diferente al europeo presente en la península. A continuación muestro una comparativa por fotos entre ambas subespecies.



Tórtola europea (Streptopelia turtur)





La Tórtola europea se ha ganado con méritos ser una de mis especies preferidas por su moteado, ese cuello rallado, los ojos "pintados" con ese rojo sangre, la elegancia de su vuelo... Es un maravilloso y torturado emplumado que durante el mes de agosto tiene que sufrir la media veda de caza, diezmándose su población en plena migración.

Os invito a recordar este post sobre la Tórtola europea (Streptopelia turtur) pulsando sobre su nombre.

Verderón común (Chloris chloris)



En último lugar (pero no por ello menos importante) encontramos al Verderón común, con unas fotos un poco "quemadas" que aún así nos permiten disfrutar de sus formas y colores, y de ese poderoso pico con el que es capaz hasta de romper las duras acebuchinas del olivo silvestre.


Mi hermano Nacho, acompañante de excepción en mis salidas.

Como siempre en este tipo de post, suelo terminarlos con los problemas ambientales que encuentro en la zona, pero antes de ponernos serios me gustaría hablaros un poco sobre mi hermano Nacho, compañero en estas salidas.

Ignacio Pérez Ruiz (25) es el pequeño de tres hermanos (siendo yo el mayor); estudia Derecho en la Universidad de Granada (UGR), pero desde pequeño y arrastrado un poco por mis pasiones por el mundo natural, muestra mucho interés por todo lo relacionado con la zoología, conservación del medio natural y activismo ecológico; es un animalista declarado, lo que a veces choca con mis ideas ecologistas pero que sin duda es una variable positiva que le permite observar la naturaleza con una sensibilidad y un ansia por aprender que lo harán llegar lejos en este mundo, quien sabe, puede que en un futuro sea un abogado ambientalista (que falta nos haría)

Nacho en la salida a la Mar Chica con un grupo de Gaviota patiamarilla (Larus michahellis) a sus espaldas.

Pocas son las veces que podemos juntarnos para pajarear, pues poco es el tiempo que pasa por Melilla, por eso he visto a bien dedicar un post en exclusiva a las dos salidas más relevantes que realicé con el este verano.

Sin duda una de las personas (junto con mi mujer y mi otro hermano) que más comprende y apoya mi dedicación a este mundo de la ornitología y todo lo que ello conlleva, espero que sigo avanzando en este mundo y pronto se convierta en un referente en la divulgación del pajareo como me enorgullezco de serlo yo para él.

Mi hermano Nacho (Calzoncillo al viento) junto a Timón, su cachorro, que nos acompaña en muchas de nuestras salidas.


Preocupantes noticias para la zona.

Poniéndonos serios, en mis salidas suelo analizar los elementos que ponen en peligro el equilibrio natural del medio y como afectan a las aves. Siempre suelen ser causas ya conocidas y reiterantes, lo que desanima más si cabe, pues todo el mundo las conoce pero no parecen importar a nadie.

Uso humano ignorante e indiscriminado.

La primera de la lista como siempre es el mal uso que hacemos de las zonas naturales, ya que las encontramos en muchos casos atractivas para practicar diversas actividades de ocio pero no somos responsables con dichas actuaciones, contaminando o perturbando e incluso modificando el medio natural.

Así pues en la Mar Chica me angustiaba ver la cantidad de coches que pasaban a escasos metros de la laguna y los animales, y como muchos lugareños para sacarse unas monedas habían "construido" unos caminos y unos descampados para que sirvieran de aparcamiento cercano a las playas de la zona, y la forma de adecuación de la zona para este fin era básicamente arrancar todas las plantas y compactar el terreno, autentico terrorismo natural que hace muchísimo daño al equilibrio de este humedal.

En la playa de Charranes, una calita que siempre había sido usada por unos pocos de forma respetuosa, desde hace unos pocos años se ha ido masificando, aprovechando el tirón que está teniendo en Marruecos el turismo costero, que llena de jóvenes y tiendas de campaña la arena, cocinando y lavando ollas, sartenes y platos en la misma orilla, donde también hacen sus necesidades (delante de los niños sin ningún pudor), y que antes de irse, arrojan al cauce seco del río toda su basura, que con las lluvias será arrastrada al mar. Las quejas de los lugareños y los que deseamos una playa cuidada se ha traducido en prohibición de acampar en la orilla, y no se si ha sido peor el remedio que la enfermedad, pues ahora lo hacen en el bosque de atrás, realizando las mismas actividades pero en una zona más delicada si cabe.

Perros y gatos, la plaga que hemos creado.

Como siempre el mayor problema que encuentro en estos lugares son los animales domésticos asilvestrados, en concreto perros y gatos que nosotros hemos llevado y a los que la naturaleza no les encuentra sitio.


En la mar chica pude realizar estas fotos de numerosos grupos de perros que deambulaban por las lagunas, ociosos, haciendo las delicias para mi hermano (el animalista) y preocupándome profundamente a mi...



Y esa preocupación pronto se tradujo en la más cruda de las realidades, cuando el perro que aparece en la fotografía e arriba, muy bonito y confiado, decidió que era momento de buscarse la comida, y recurrió a lo que tienen más a mano, las aves, en concreto un inmaduro de Gaviota reidora que poco pudo hacer... Apréciese también en la foto de abajo como uno de los perros de la jauría se queda mirando a una Garza real, puede que pensando si buscarse un segundo plato.

Tengamos en cuenta que en estos estuarios las aves crían en el suelo o en orillas, y pueden asumir unas pocas perdidas ocasionadas por los escasos zorros o meloncillos, pero no tienen defensa contra un perro, contra su tamaño y número.

En Charranes pude ver grupos de cánidos similares moviéndose entre los sembrados, dejándome con la duda de cuanto afectará a la fauna local el dar de comer a tantos animales en una zona donde el carnívoro natural más grande es menos de la mitad que cualquiera de esos perros.



No digo con esto que no sienta lastima por estos animales, la culpa no es suya, es únicamente nuestra, pero es innegable que son un problema para la fauna local y natural, que ellos no son parte de la naturaleza y la desequilibran, por lo que deberían tomarse medidas, no siendo estas la caza o persecución de estos animales asilvestrados, si no más bien un mayor control de las mascotas con fuertes multas por abandono o no tenerlas debidamente registradas, así como la castración de los animales que se encuentran ya en libertad para evitar aumentar su número, pues ellos tampoco disfrutan en esta situación.

En definitiva, es una alegría ver tanta belleza en un lugar donde no se cuida, pero a su vez da miedo el pensar que algún día desaparezca, es injusto que tratemos tan mal el medio y él nos regale estos momentos, lo que me recuerda la frase:


«La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta»
Rabindranath Tagora (1861-1941), poeta Indio.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, tanto el post como esas salidas a observar aves este verano en las que he aprendido tanto. Tengo muchas ganas de volver a la zona y poder repetir en invierno. Y una pena lo de la situación de los perros/gatos asilvestrados, como dices no tienen culpa ni tampoco parece cercana la solución.

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    1. Pues deseando que vuelvas, ahora empieza la mejor temporada, con la migración y las aves invernales; así que ya sabes, si te animas vente que esto va a ser un espectáculo.

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