< Colaboración con "El Faro de Melilla" (10/05/2020) >
Que sería de nuestros paseos por el campo o por los
diferentes parques de la ciudad sin oír ese fondo de cantos de aves tan
característico, que aunque muchas veces no seamos conscientes del mismo, si no
estuviera lo notaríamos. Pues uno de las responsables de dicha sonata es el
Herrerillo africano (Parus teneriffae) en concreto la subespecie local ultramarinus,
un pequeño pájaro perteneciente al grupo de los páridos, aves rechonchas y
vivarachas, que viven en zonas arboladas y anidan en cavidades.
Su nombre en latín teneriffae nos transporta las
islas Canarias, donde esta especie tiene diversos reductos con subespecies
diferenciadas, siendo la que tenemos en Melilla y todo el norte de África la
más numerosa. Conozcamos hoy mejor a este curioso y simpático pajarillo.
El mundo de la ornitología tiene su intríngulis más
allá del simple conocimiento de las aves, y muchas veces pasa por encontrar especies
afines o algunas que se pensaban la misma y resultan no serlo, y es aquí donde
entran los taxónomos y genetistas. Pues esto afectó de lleno a nuestro
herrerillo, considerado subespecie del peninsular, el Herrerillo común (Cyanistes
caeruleus) hasta hace bien poco, pero las diferencias morfológicas, de las
que hablaremos luego, y sobre todo la incontestable genética levantaron el muro
de la diferenciación, demostrando que una vez más Darwin y su libro “El
origen de las especies” es una obra atemporal y aplicable a descubrimientos
modernos, y la separación marcada por nuestro mar Mediterráneo sin duda termina
moldeando la vida a un lado y al otro del estrecho.
Morfológicamente los herrerillos destacan por ser
aves de pequeño porte, redonditas, con un ínfimo pico, un antifaz
característico y con dos colores que destacan, el amarillo del pecho y el azul
cobalto de la espalda; este azul en las aves peninsulares se extiende al píleo,
es decir, la boina o copete sobre su cabeza, que sin embargo es muy oscura casi
negra en nuestros herrerillos locales. Además los africanos son algo más
pequeños de tamaño, y como era de esperar “hablan otro dialecto” pues su
reclamo es ligeramente diferente al de su primo europeo.
Lo que sí que permanece sin diferencias entre ambas
especies es su comportamiento, nervioso y atrevido, muy territorial, entrando
en peleas constantes con sus congéneres, y desde el prisma humano se nos
presenta como un ave alegre y curioso, que nos revoloteará a cierta distancia,
observándonos descaradamente mientras aletea nervioso dejándonos claro que
estamos en su casa y que aún tiene que decidir si somos bienvenidos.
Una de las cosas que definen un ave es su
alimentación, en el caso de los páridos se basa tanto en semillas y frutos como
en insectos, dependiendo de la época del año y sus necesidades. El herrerillo
se encuentra ahora (primavera) en época de cría, y concentra sus esfuerzos en
cazar mosquitos o pequeños gusanos para aportar las proteínas necesarias a su
prole que aseguren su correcto desarrollo. Esto lo convierte en un gran aliado
humano, pues nos encontramos también en el periodo anual de afloramiento de
pequeñas plagas como los mosquitos, tan importantes en la pirámide alimentaria
de muchos animales pero tan molestos para nosotros. Si observamos a un
herrerillo afanado en sus labores, veremos que es voraz atrapando sin descanso
estos pequeños insectos, lo que lo convierten, con permiso de las golondrinas,
aviones y vencejos, en un tremendo insecticida ecológico, lo que además le
otorga protección, como a todas las aves insectívoras, quedando prohibida su
captura o destrucción de sus nidos.
De hecho en Melilla tuve la suerte de “aliarme” con
estos pequeños emplumados, así como otro pájaro similar, el Carbonero común (Parus
major), en un proyecto de repoblación de cajas-nido para estas especies, y
que tenían como finalidad, además de fomentar el número de estas aves en la
ciudad, la lucha contra la temida Procesionaria del Pino (Thaumetopoea
pityocampa), esa famosa oruga que forma sus grandes sacos de seda,
albergando cientos de ejemplares, que produce una urticaria que puede ser grave
en alérgicos y resulta mortal para animales de compañía como los perros, y
forma las famosas hileras defensivas que en verano vemos en nuestros paseos por
la periferia de la ciudad, sobre todo en los Pinares de Rotrogordo. Pues bien,
estos pequeños pájaros son depredadores de dicha oruga, controlando la
población y evitando que esta se convierta en plaga, por lo que aumentar el
número de páridos también nos devolvería el equilibrio que se perdió en el
momento en el que nuestro parque periurbano se convirtió en un monocultivo de
pinos. Para que veáis lo importante que pueden llegar a ser un ave de 14
gramos.
Se que en los tiempos que corren oír la palabra
pandemia nos pone los pelos de punta, estamos viviendo uno de los momentos más
críticos de la historia, aunque empieza a verse la luz al final del túnel. Pero
sin entrar en el tema del Coronavirus, resulta que las aves tienen el suyo
propio, se trata de una infección bacteriana que acaba de rebrotar en Alemania
y países limítrofes y afecta a los páridos, habiendo infectado el último mes a
unos 40.000 herrerillos, de los que al menos 17.000 han muerto. Se trata de la
bacteria Suttonella ornithocola, que causa severos problemas
respiratorios, dificultad para abrir los ojos y problemas para emprender el
vuelo; finalmente provoca neumonía a las aves, que presentaban pulmones oscuros
y edemas. No hay evidencias de que la enfermedad pueda transmitirse a los
humanos.
En España se están dando algunos casos en Cataluña y
como medidas que podemos tomar conviene prestar atención a comederos
artificiales frecuentados por estas aves y, en el caso de ver algún ejemplar
enfermo, retirar dicho comedero pues es punto de reunión y foco de contagio
para los demás pájaros.
Esperemos que la enfermedad sea rápidamente
controlada y que podamos seguir disfrutando durante mucho tiempo de esta
especie tan nuestra, que nos alegra en nuestras salidas al campo, que nos ayuda
a controlar plagas dañinas y que representa como nadie la fauna avícola de
Melilla.
Un desafortunado y solitario hito de
SEO/BirdLife Melilla
Muchas son las rapaces que
sobrevuelan nuestro cielo, aves de gran tamaño que nos fascinan y forman parte
de cuentos, historias y mitos. La mayor de todas las que nos frecuentan con
asiduidad es el gran Águila perdicera o águila de Bonelli, una animal que puede
llegar a 175 cm. de envergadura y casi 2 kg. de peso, todo un tanque aéreo que,
aun así, es una de las águilas mayores más ágil, siendo una ávida cazadora que
aprovecha con gusto nuestro superávit de perdices morunas o palomas, dos de sus
presas preferidas.
Lo que arrebata el alma es ver cómo
tan imponente animal puede ser maltratado hasta casi quebrar su espíritu, y eso
es algo que el equipo de SEO/BirdLife Melilla tuvo que sufrir el pasado 17 de
enero, cuando una llamada nos alertaba de que una gran hembra de esta especie
se encontraba maltrecha en el cauce del Río de Oro…
Sacar adelante un gran águila sin ayuda, ¿se
puede?
Tras la llamada, nuestro grupo
de voluntarios se puso manos a la obra, y tras hablar con el SEPRONA, a quien
agradecemos la confianza depositada en nosotros para hacernos cargo, fuimos a
por el animal. Después de capturarlo pasó por una primera exploración
veterinaria, denotando extrema delgadez y debilidad, además notamos por
diferentes síntomas que se trataba de un animal que había estado encerrado,
cautivo, probablemente por largo tiempo, algo lamentable. Pudimos conocer de
primera mano el origen del animal, algo que no merece más tiempo de este
artículo, nos dispusimos a tratar su pico, astillado, agrietado y con un
crecimiento anómalo, algo que le impedía comer con normalidad y ponía en
peligro su vida.
Posteriormente a este primer
contacto y después de encontrar un lugar donde el animal estuviera cómodo, nos
dispusimos a trazar un protocolo, con el miedo de saber que no contábamos con
ningún apoyo y que teníamos que hacerlo todo con nuestros medios y dinero, algo
harto complejo pero que merecía la pena por la vida del ave. Uno de nuestros
voluntarios, Pablo Sánchez, avezado y experimentado en la recuperación de aves,
con el apoyo de nuestro compañero Ale Ortiz se encargaría de alimentar y
limpiar al animal en las tareas diarias, algo que no es tan fácil como cambiar
el alpiste de un canario, pues requería del costear y preparar entre 1 y 3
codornices/palomas cada día, en dos tomas, 7 días a la semana, además de
ganarse la confianza del animal para que este empezara a comer con el miedo de
saber que dado su estado si algo sale mal poco podríamos hacer. Ahí entra la
figura de nuestra veterinaria, Adelaida Carballo, probablemente quien mejor
conoce los aspectos médicos de las rapaces en toda Melilla, que contando con el
apoyo de nuestra compañera Alicia Castillo y de un servidor, Francisco Pérez,
se dispuso a desparasitar interna y externamente al animal, algo complejo con
tales garras, además de suministrar un complejo vitamínico que ayudase a la
rapaz a reponerse.
Ya asentados en esta dura
rutina, la presión y el peso de pensar en el futuro que le esperaba al animal
nos reconcomía, no podíamos tenerlo encerrado de forma tan precaria siempre, la
suelta era compleja pues había sido criada durante muchos años en jaula y no
podría valerse por sí misma. Además de vez en cuando surgían problemas
relacionados con su estancia y la salubridad de la misma, la carencia de sol y
la afección a la salud del águila que podía tener todo esto, sin contar con el
gasto que estaban soportando alguno de nuestros voluntarios. Nos mataba ver
como la Ciudad Autónoma no daba soluciones ni apoyo y como nosotros no podíamos
hacer más, todo parecía perdido y pasaba por el encierro perenne del ave, hasta
que un día se abrió el cielo y la solución llego, como siempre, desde fuera.
En una de sus perchas durante la estancia bajo nuestros cuidados
GREFA, la salvación llega, una vez más, desde la
Península
Ante la inacción y falta de
voluntad de nuestros gobernantes, a los que no duele en prendas dejar morir
fauna protegida y de tan alto valor ecológico como esta águila, tuvimos la
suerte de que una de nuestras publicaciones en una conocida red social hablando
del tema llamó la atención de los mayores expertos en el tema de la
recuperación de animales que, además, cuenta con el proyecto AQUILA a-LIFE
sobre esta especie, hablo del Grupo de
Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), una conocida
organización que trabaja desde hace 40 años en recuperar y tratar animales para
su vuelta a la naturaleza o, en caso de no ser viable, incluirlos en su
programa de cría para aumentar la población de la especie. Uno de sus integrantes,
Manuel Galán, se puso en contacto conmigo no solo para preocuparse por el
estado del animal o asesorarnos, no, lo que me ofreció era el traslado del
animal a su centro en Madrid corriendo ellos con todos los gastos, un sueño que
se presentaba como una oportunidad para nuestra hembra de perdicera, que
tendría por fin un futuro en el programa de cría de esta especie. Esto por
supuesto ponía de nuevo en la palestra las vergüenzas de nuestros dirigentes,
que no se han pronunciado ni han mostrado ni el más mínimo interés por este ni
por ninguno de los animales que engrosan la larga lista de recuperaciones que
hemos tenido que realizar solos y con nuestros medios en Melilla.
Pero ya pensando en positivo teníamos
la meta clara, ahora comenzaba la dura carrera burocrática para conseguir todos
los permisos, certificados y demás papeles para llevar de forma legal el ave a
Madrid. Algo que por desgracia me tuve que comer, y os aseguro que no fue
fácil, pero que tras varias semanas y la ayuda de nuestra compañera Latifa
pudimos llevar a buen puerto.
El pasado viernes 24 de febrero,
tras 1 mes y 8 días, pudimos trasladar el animal a la Península en una
resistente caja de cartón que preparamos y adaptamos para el animal, con un
mullido fondo de césped artificial siguiendo las instrucciones de GREFA. El
encargado de trasladar tan preciada carga fue Juan Garzón, uno de los miembros
destacados de SEO/BirdLife que, pese a la complejidad de manipular el
habitáculo por sus dimensiones, y el recelo a dormir pegado a un depredador tan
imponente, se pegó un viaje exprés a Málaga para dejarla en buenas manos, y
esas manos fueron las de David Gutiérrez, miembro de GREFA que haría el resto
del viaje hasta sus instalaciones en Madrid, donde ya por fin se encuentra el
animal recibiendo las mejores atenciones. Ha sido un durísimo reto que ha
merecido cada minuto, euro, sudor y sangre depositados en hacer todo lo posible
para que este animal tuviera una segunda oportunidad que su antiguo captor y
nuestros dirigentes le habían negado.
Juan Garzón portando al águila
Por supuesto agradecer
enormemente a GREFA vincularse de tal modo y hacerse cargo de todo, ha sido
esencial su vinculación y siempre que un águila sobrevuele nuestro cielo los
tendremos en mente, recordándonos que cada acción que hagamos por salvar una
vida merece la pena. Gracias.
Aprovecho para agradecer también
a Delegación de Gobierno y Bienestar Animal por facilitarnos los certificados
para trasladar al animal, a Guelaya por cedernos un espacio en su vivero para
el águila, al SEPRONA por contar con nosotros y a todos los que habéis
colaborado por hacer esto posible.
El ejemplar ya en su recinto de GREFA
El Centro de Recuperación de Especies, la gran “mentira”
que se promete año tras año
Hace ya 4 años, puede que 5, planteé por primera vez
la necesidad de que Melilla, al estar aislada del resto de España y contar con
una fauna propia, protegida y de un altísimo valor ecológico, debía contar con
un Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA), era más que necesario
para asegurar la supervivencia de infinidad de especies que podían, normalmente
por acción humana, terminar heridas o con necesidad de tratamiento. Muchas son las
veces que he hablado de esto en prensa, muchas son las voces locales y foráneas
que se han alzado pidiéndolo, muchos son los animales que han perecido por la inacción
de quien desde su cómodo despacho decide que esas vidas no merecen ser salvadas…
Y cuando digo muchos lo digo con conocimiento de causa. En el último año
nuestro grupo, de forma altruista y haciéndonos cargo de todos los gastos,
además de teniendo que buscar hueco en nuestras casas, hemos tratado del orden
de 50 paseriformes o aves pequeñas diferentes, 3 cernícalos, 2 águilas
calzadas, 1 azor, 1 cárabo magrebí, 1 zampullín, 1 alcatraz atlántico, 1
autillo y la perdicera, además de un
indeterminado número de mamíferos y otra fauna local. Son muchas las ocasiones
en las que hemos implorado ayuda a la administración siendo ignorados, no solo
nosotros sino también la fauna que de ellos depende. Es agotador.
Video de una entrevista en agosto de 2019 donde ya mostrábamos nuestra indignación por el atraso en la creación de un centro de recuperación
El año pasado y tras este
aluvión de animales presentamos y ayudamos a redactar el proyecto para el
ansiado y necesario CREA, que se nos prometió a principio de verano. Mentira…
Tras esa decepción se nos emplazó a otoño, me reuní con el Consejero que se
mostró predispuesto con la idea, lo dábamos por hecho. Ahí se quedó… Se nos
contentó diciendo que este febrero aprobaría los presupuestos, que estaba
incluido el CREA, pero con los presupuestos aprobados y esperando ver por fin
algo tan relevante hecho una realidad en cuanto den el SÍ definitivo, últimas
noticias. Va a ser que no…
Todos podéis ver en que se va el
dinero público de Medio Ambiente, lo muestran con descaro en redes sociales,
pero cuando preguntamos por el Centro de Recuperación siempre la misma
respuesta: está parado. Como si de
un coche sin gasolina se tratase, pese a todos nuestros esfuerzos y el
beneficio para la fauna, y mientras vemos como llenan depósitos y depósitos,
probablemente si los animales votaran y con la cercanía de los próximos
comicios tendríamos un auténtico palacete para nuestra fauna, pero no es así, no
renta, y mientras termino de redactar este artículo vuelven a llamarme por
teléfono, un busardo, una de nuestras rapaces endémicas, ha sido visto con un
ala maltrecha y me pregunto: ¿tendrán que volver a salvar NUESTRA fauna desde fuera
de la ciudad o nuestros técnicos y dirigentes van a cumplir de una vez lo
prometido? ¿Tendrán que venir otra vez de fuera a barrernos la casa? Hagan
apuestas…
Galería de Fotos:
Parte del equipo de rescate
Algunos miembros de SEO/BirdLife
En el momento de su captura, con la caperuza para ser manipulada y evaluada
Video a cámara lenta donde se puede observar la membrana nictitante de la rapaz
En este post hablaremos sobre dos de mis pájaros preferidos, que además son muy comunes, los carboneros (Parus major) y los herrerillos (Cyneastes caeruleus/Parus teneriffae).
Hablamos de dos aves de pequeño porte (algo más grande el carbonero que el herrerillo), ambas insectívoras, muy normales de encontrar en zonas arboladas, parques e incluso jardines. Estos pajarillos no son nada tímidos, de hecho son de las especies más comunes que podemos a ver en un comedero artificial o habitando una caja nido. Todo esto, unido a sus hermosos y llamativos colores azulados y amarillos, hacen que estos diablillos sean tan populares entre los pajareros, que disfrutan viendo como luchan por el territorio (los páridos son muy territoriales) o se afanan en atrapar a la mosca de turno que tenga la mala suerte de pasar por su lado.
Aunque el simple hecho de observarlos ya es una delicia, cuando te inicias en la ornitología esperas ser capaz de diferenciar cada ave, y por sus similares características y comportamiento, estos son complicados para los pajareros novel. Es por eso que voy a daros alguna pista para facilitar esta tarea.
(Izq.) Herrerillo común | Carbonero común (Der.)
La diferencia principal que vamos a observar es que el herrerillo es más azul que el carbonero, siendo este último prácticamente negro en la cabeza. El problema de esta diferencia es que si no los tienes cerca el uno del otro para comparar puede llevar a equívoco, y que en algunas especies como la que encontramos en Melilla, herrerillo africano (Paruss teneriffae ultramarinus), su "tupé" es muy oscuro casi negro, por lo que tendríamos que buscar otro rasgo para diferenciarlo.
Y, ya que hemos mencionado el "tupé" de los herrerillos, ese es otro de sus distintivo. Como podemos comprobar en la foto de arriba, el carbonero tiene un elegante peinado hacia atrás al más puro estilo Mario Conde, mientras que el pequeño herrerillo, todo un rebelde sin causa, demuestra jovialidad con su flequillo para arriba, digno de ser figurante en la película Grease.
Por último, una de las diferencias que más destaca es la "careta" de ambos, es decir, el color oscuro de su cabeza, que en el herrerillo es discontinuo a diferencia del carbonero. Ayudados de la segunda foto podéis ver como el herrerillo tiene un antifaz oscuro a la altura de los ojos que está separado por una franja blanca de su tupé azul, mientras que en el carbonero no existe esa separación, este pájaro parece llevar una bandana negra ininterrumpida desde los ojos hacia arriba, postulándose como el llanero solitario de los parques urbanos.
Espero que estos trucos "poco ortodoxos" pero efectivos para diferenciarlos os puedan servir en futuras salidas de campo, yo me despido (por ahora) dejándoos una foto que hice en Melilla de un Herrerillo africano donde se puede observar su coronilla más oscura que en el común. También pulsando aquí, accederéis a un articulo sobre esta especie tan curiosa de nuestra ciudad africana.
(Artículo escrito en 2018 que nunca llegué a compartir sobre una salida ornitológica a Marruecos, ahora en tiempos de confinamiento perimetral me lleva a esas fructíferas jornadas)
Como ya viene siendo habitual, el pasado 17 de septiembre (2018) me embarqué en otra aventura pajarera junto a mi amigo, el naturalista Manuel Tapia. En esta ocasión volvimos la desembocadura del río Muluya, al noreste de Marruecos, pero centrándonos en lagunas que se forman en su extenso delta, y no solo en la salida del mismo al mar. De vuelta a Melilla, además de tener la oportunidad de tomarnos un refresco en pleno puerto de Cabo de Agua (Ras el Ma) con vistas a nuestras Islas Chafarinas, zona ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) desde 1989, pudimos pasar por el Centro de Observación de Aves de la Mar Chica, que se encuentra en construcción, y del que pude sacar tanto cosas esperanzadoras como malas decisiones.
Laguna cercana a la desembocadura del río Muluya.
Nuestra primera parada fue en una laguna cercana al delta del Muluya, de la que no adjuntare mapa por razones de seguridad, pues la riqueza natural de la zona es ingente y no sería responsable por nuestra parte publicar información que pudiera dañarla o crear más visitas de las necesarias.
Lo que si comentaré es que se trata de un humedal que no posee agua todo el año, pero que pese a eso lucía esplendoroso para la época en la que lo visitamos, en parte gracias a unas lluvias bastante importante algunos días atrás. No es especialmente grande aunque tampoco se trata de una charca, y una de las cosas que ha favorecido la proliferación de vida es que se encuentra en torno a un Morabo, zona sagrada para la cultura tradicional local que impide que se exploten sus recursos naturales, así como evita grandes asentamientos en los alrededores, manteniendo una riqueza atemporal en el acuífero.
Aquí se aprecia la variedad de flora de la laguna, favoreciendo aún más la diversidad de ambientes y aves.
Realmente os aseguro que fue emocionante ver tal aglomeración de aves, de tantas especies diferentes (38 en total),y poder observarlas con cierta seguridad y distancia, sin interferir en absoluto en sus quehaceres diarios.
A continuación os mostramos las especie observados por orden alfabético: Abejaruco europeo (Merops apiaster), Águila perdicera (Aquila fasciata), Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), Alcaudón real norteafricano (Lanius excubitor algeriensis), Archibebe claro (Tringa nebularia), Archibebe común (Tringa totanus), Bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus), Calamón común (Porphyrio porphyrio), Cerceta pardilla (Marmaronetta angustirastris), Cetia ruiseñor (Cetti cetti), Charrancito común (Sternula albifrons), Cigüeñuela común (Himantopus himantopus), Cistícola buitrón (Cisticola juncidis), Cuchara común (Anas clypeata), Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), Escribano triguero (Miliaria calandra), Espátula común (Platalea leucorodia), Estornino negro (Sturnus unicolor), Focha común (Fulica atra), Fumarel cariblanco (Chilidonias hybrida), Gallineta común (Gallinula chloropus), Garceta común (Egretta garzetta), Garceta grande (Egretta alba), Garcilla bueyera (Bubulcus ibis), Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), Garza imperial (Ardea purpurea), Garza real (Ardea cinerea), Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), Gorrión común (Passer domesticus), Mirlo común (Turdus merula), Morito común (Plegadis falcinellus), Paloma bravía (Columba livia), Porrón europeo (Aythya ferina), Porrón pardo (Aythya nyroca), Tórtola europea (Streptopelia turtur), Zampullín común (Tachybaptus ruficollis), Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis).
Águila perdicera (Aquila fasciata)
Perdicera joven lanzándose sobre un Morito común
Detalle del lance
Con su captura entre la maleza
Tuvimos la suerte de observar esta Perdicera joven, que al principio confundimos con un lagunero por el simple hecho de que había un par por la zona, pero al agazaparse para lanzarse en picado, con esa pose tan de "halcón", no nos quedo duda, pues es un rasgo característico de esta rapaz. Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus)
Fantástico aguilucho que planeaba sobre la laguna, casi rozando las cañas, agitando a todo ave acuática de la zona. Sin duda el emperador de los humedales.
Alcaudón real norteafricano (Lanius excubitor algeriensis)
Con este Alcaudón hay un serio problema, pues análisis de ADN recientes demuestran que, pese a la creencia de que se trataba de una subespecie del Alcaudón real (Lanius meridionalis ssp algeriensis) de la península, en realidad se trata de un Alcaudón norteño (Lanius excubitor ssp algeriensis), emparentado con los ejemplares del norte de Europa. Es curioso que entre las dos localizaciones de la especie se encuentre una amplia franja de Alcaudones reales que las separa, pero el ADN no engaña, aún así creo que para la subespecie de esta zona, el nombre común de Alcaudón real norteafricano le va bastante mejor que llamarlo norteño. Archibebe claro (Tringa nebularia)
Una pena no tener fotos mejores de ese hermoso ave, aunque se deja ver entre la vegetación de la laguna en grandes grupos.
Calamón común (Porphyrio porphyrio)
Poco puedo decir del Calamón común para hacer justicia a su majestuosidad y belleza, justicia que estas fotos por desgracia no hacen. Lo que si os dejo claro es que ver a este enorme zancudo, con sus inmensos pies, el todo azul metálico de su plumaje y ese casco rojo deja sin aliento, es un ave impresionante, y por suerte en estas lagunas se encontraba en un buen número. Cerceta pardilla (Marmaronetta angustirastris)
Una sorpresa al ver las fotos fue darme cuenta de que en una de ellas, casi camuflada con el islote que la asienta, se encontraba una Cerceta pardilla, preciosa anátida inconfundible con su ojo ahumado y el plumaje punteado.
Cistícola buitrón (Cisticola juncidis)
Buitrón en vuelo, pillado con las alas cerradas cual misil.
Este común y pequeño pajarillo suele darme mucho trabajo a la hora de sacarle una buena foto, pero en esta ocasión se mostró como un modelo veterano, dándome un repertorio de poses y piruetas que me tuvieron bien entretenido por mucho rato. Cuchara común (Anas clypeata)
Curioso pato, parecido al Azulón pero con su característico pico ancho y grande que le da nombre. Preciosos es también verlo en vuelo con la banda verde de las alas reflejando
Espátula común (Platalea leucorodia)
La Espátula es una curiosa ave de humedal, famosa por su extraño y útil pico cuya forma le da nombre. Para no extenderme, toda la información sobre este hermoso ave puedes encontrarla en el artículo Emplumado del mes: Espátula común.
Fumarel cariblanco (Chilidonias hybrida)
Otra sorpresa fue ver un Fumarel cariblanco entre un grupo de charranes. De esta observación tampoco me percaté hasta llegar a casa y ver las fotos, todo un hallazgo por ser un ave que se muestra estival en pocos puntos de la geografía española. Garceta grande (Egretta alba)
Hermosa garza de color blanco y animal sobre el que mantuve un "acalorado" debate hace algún tiempo con expertos en ornitología y taxónomos, pues se la cataloga como "Garceta" (Egretta alba o Casmerodius albus) sin embargo muchos sostienen que es una abrreación acercarla morfologicamente más a la Garceta común que a una Garza de gran tamaño como la Imperial o la Real, por lo que proponen o defienden la taxonomía Garza blanca (Ardea alba)
Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)
Similar a los avetoros y martinetes, la Garcilla cangrejera es una tímida moradora de los humedales, siembre cerca de un escondite. Garza real (Ardea cinerea)
Morito común (Plegadis falcinellus)
El Morito, o como me gusta llamarlo Ibis europeo, un ave que puede pasar desapercibida por su tonalidad oscura pero si se mira con atención y la luz adecuada (por desgracia no se aprecia en las fotos) tiene unos tonos irisados bestiales que demuestran la complejidad de su plumaje.
Porrón pardo (Aythya nyroca)
Amerizando
Inconfundible anátida con esos tonos pardos y ese vientre blanco, así como el trasero y los ojos. Puede haber una gran variedad de hibridaciones que dan lugar a pequeños cambios en el plumaje o la forma de la cabeza.
Salida del Muluya al mar y playa cercana.
La segunda parada es a una zona en la que ya hemos estado en varias ocasiones en esta zona de Marruecos, justo en la desembocadura de esta maravilloso río, por eso no me extenderé mucho en la introducción, pues en el artículo "Pajareando por Marruecos" viene detallada la zona y las peculiaridades del entorno.
Ademas de las 38 especies ya vistas, en esta segunda paradas vimos 14 especies nuevas, elevando las observaciones del día a 52 especies.
Pudimos ver: Aguja colinegra (Limosa limosa), Alcaudón real norteafricano (Lanius excubitor algeriensis), Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Andarríos chico (Actitis hypoleucos), Archibebe claro (Tringa nebularia), Avoceta común (Recurvirostra avosetta), Calamón común (Porphyrio porphyrio), Chorlitejo grande (Charadius dubius), Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), Cigüeñuela común (Himantopus himantopus), Cistícola buitrón (Cisticola juncidis), Cogujada común (Galerida cristata), Correlimos tridáctilo (Calidris alba), Focha común (Fulica atra), Garceta común (Egretta garzetta), Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii), Gaviota patiamarilla (Larus michahellis), Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), Gorrión común (Passer domesticus), Ostrero euroasiático (Haemantopus ostralegus), Pato colorado (Netta rufina), Tórtola europea (Streptopelia turtur), Vuelvepiedras común (Arenaria interpres), Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis)
Aguja colinegra (Limosa limosa)
En vuelo se aprecien rasgos característicos del ave
Vimos estos dos ejemplares de Aguja colinegra, diferenciados de la colipinta por no poseer curvatura en el pico y rasgos en el plumaje que se hacen más notorios en vuelo (cola con extremo oscuro y paneles o bandas blancas en las alas)
Chorlitejo grande (Charadius dubius)
Chorlitejo grande, ya hemos hablado en ocasiones de sus diferencias con el chico que a grosso modo son: el tamaño es mayor, no posee el anillo acular amarillo, patas anaranjadas, pico naranja con punta en negro...
Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus)
Pequeñín y rollizo, el patinegro se diferencia por el color de las patas que le da nombre, el pico oscuro y no contar con el collar negro de sus dos primos mayores.
Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
En la foto podemos ver un grupo de Correlimos tridáctilo al más puro estilo Piper, el corto de Pixar, que ya mencione en psot anteriores. Un autentico espectáculo. Gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii)
Esta Audouin anillada nos tuvo un buen rato dándole vueltas para intentar fotografiar su anilla de plástico y así conocer los devenires de este ejemplar, pero no hubo manera. Aún así nos permitió hacerle un buen número de fotos, sola y acompañada por un gran grupo de Patiamarillas.
Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)
Una reidora pesca un pez, ya tenemos almuerzo
Pero algo la sobresalta y rauda levanta el vuelo
En el aire se apura en tragar la captura pero... ¿por qué?
Rápido obtengo respuesta, un congénere la atosiga para robarle la comida
La persecución dura unos minutos y, aunque no hay foto, finalmente pudo comer tranquila sin más molestia
Un grupo de estas hermosas aves descansando
Me he visto en la obligación de contar la curiosa y común escena que presencié, y es que conseguir comida consume una gran cantidad de energía, robarla sin embargo es más fácil y rápido, en ocasiones...
Ostrero euroasiático (Haemantopus ostralegus)
Solo pudimos ver un ejemplar de este maravilloso ave y, por desgracia, se encontraba seriamente herido de la pata derecha, llevándola recogida y en apariencia enganchada al ala. Suponemos que se trata de un sedal que ha quedado enganchado en la extremidad del ave, por desgracia se encontraba al otro lado de la desembocadura y no pudimos socorrerla. Pato colorado (Netta rufina)
Poco más que decir, un emplumado super llamativo con ese pico rojo encendido que poseen los machos, un autentico espectáculo. Las hembras, aunque menos vistosas, son muy bonitas con ese copete oscuro en la cabeza. Vuelvepiedras común (Arenaria interpres)
Vimos un par de ejemplares de este ave que, aunque ya no se muestra tan vistosos como en época de cría, sigue siendo un emplumado muy curioso y bonito de ver.
Centro ornitológico de la Mar Chica.
Un lugar al que tenía muchas ganas de ir era el nuevo Centro Ornitológico que están construyendo en la Mar Chica. Aunque aún se encuentra en proceso de construcción, tenía mucho interés en ver la infraestructura con la que contará y hacerme una idea de sus posibilidades. He de decir que esta situado en un lugar fantástico para la observación de aves, que parece que va a contar con un centro de visitantes o de información bastante grande y que han dispuesto varios observatorios o hides para facilitar al pajarero el acercarse a los emplumados.
Pese a todo lo prometedor que pueda parecer, también vimos ciertos errores preocupantes en su planteamiento que comentaré a final del post.
En cuanto a las aves allí vistas, no fueron muchas pues no pudimos adentrarnos en la laguna todo lo que hubieramos querido. Aún así pudimos ver 3 nuevas especies no vistas en los otros lugares, sumando la cifra total de 55 más un Cernícalo vulgar visto en carretera, dando la friolera de 56 especies de aves distintas vistas en una jornada, esto anima a cualquiera.
Las escasas especies aquí vistas fueron: Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Andarríos chico (Actitis hypoleucos), Archibebe común (Tringa totanus), Flamenco común (Phoenicopterus roseus), Focha común (Fulica atra), Gorrión común (Passer domesticus)
Ánade azulón (Anas platyrhynchos)
Nuestro clásico Ánade real o azulón. En estas lagunas se encontraba reposando sin mucha actividad. Archibebe común (Tringa totanus)
Los Archibebes comunes, tan característicos con sus patas naranja brillante
Flamenco común (Phoenicopterus roseus)
Y la guinda del pástel, un cumplidor de todas nuestras salidas por esta zona y en cualquier época del año, el Flamenco rosa o común. En esta ocasión solo vimos este ejemplar que nos deleitó con un vuelo rasante sobre las Fochas mostrando su gran envergadura de hasta 170 cm.
No todo son las aves. Poniéndonos serios, en mis salidas suelo analizar los elementos que ponen en peligro el equilibrio natural del medio y como afectan a las aves. Siempre suelen ser causas ya conocidas y reiterantes, lo que desanima más si cabe, pues todo el mundo las conoce pero no parecen importar a nadie.
Preocupantes noticias para la zona. Poniéndonos serios, en mis salidas suelo analizar los elementos que ponen en peligro el equilibrio natural del medio y como afectan a las aves. Siempre suelen ser causas ya conocidas y reiterantes, lo que desanima más si cabe, pues todo el mundo las conoce pero no parecen importar a nadie.
Uso humano ignorante e indiscriminado.
La primera de la lista como siempre es el mal uso que hacemos de las zonas naturales, ya que las encontramos en muchos casos atractivas para practicar diversas actividades de ocio pero no somos responsables con dichas actuaciones, contaminando o perturbando e incluso modificando el medio natural.
Así pues en la Mar Chica me angustiaba ver la cantidad de coches que pasaban a escasos metros de la laguna y los animales, y como muchos lugareños para sacarse unas monedas habían "construido" unos caminos y unos descampados para que sirvieran de aparcamiento cercano a las playas de la zona, y la forma de adecuación de la zona para este fin era básicamente arrancar todas las plantas y compactar el terreno, autentico terrorismo natural que hace muchísimo daño al equilibrio de este humedal.
En la playa de Charranes, una calita que siempre había sido usada por unos pocos de forma respetuosa, desde hace unos pocos años se ha ido masificando, aprovechando el tirón que está teniendo en Marruecos el turismo costero, que llena de jóvenes y tiendas de campaña la arena, cocinando y lavando ollas, sartenes y platos en la misma orilla, donde también hacen sus necesidades (delante de los niños sin ningún pudor), y que antes de irse, arrojan al cauce seco del río toda su basura, que con las lluvias será arrastrada al mar. Las quejas de los lugareños y los que deseamos una playa cuidada se ha traducido en prohibición de acampar en la orilla, y no se si ha sido peor el remedio que la enfermedad, pues ahora lo hacen en el bosque de atrás, realizando las mismas actividades pero en una zona más delicada si cabe.
Perros y gatos, la plaga que hemos creado.
Como siempre el mayor problema que encuentro en estos lugares son los animales domésticos asilvestrados, en concreto perros y gatos que nosotros hemos llevado y a los que la naturaleza no les encuentra sitio.
En la mar chica pude realizar estas fotos de numerosos grupos de perros que deambulaban por las lagunas, ociosos, haciendo las delicias para mi hermano (el animalista) y preocupándome profundamente a mi...
Y esa preocupación pronto se tradujo en la más cruda de las realidades, cuando el perro que aparece en la fotografía e arriba, muy bonito y confiado, decidió que era momento de buscarse la comida, y recurrió a lo que tienen más a mano, las aves, en concreto un inmaduro de Gaviota reidora que poco pudo hacer... Apréciese también en la foto de abajo como uno de los perros de la jauría se queda mirando a una Garza real, puede que pensando si buscarse un segundo plato.
Tengamos en cuenta que en estos estuarios las aves crían en el suelo o en orillas, y pueden asumir unas pocas perdidas ocasionadas por los escasos zorros o meloncillos, pero no tienen defensa contra un perro, contra su tamaño y número.
En Charranes pude ver grupos de cánidos similares moviéndose entre los sembrados, dejándome con la duda de cuanto afectará a la fauna local el dar de comer a tantos animales en una zona donde el carnívoro natural más grande es menos de la mitad que cualquiera de esos perros.
No digo con esto que no sienta lastima por estos animales, la culpa no es suya, es únicamente nuestra, pero es innegable que son un problema para la fauna local y natural, que ellos no son parte de la naturaleza y la desequilibran, por lo que deberían tomarse medidas, no siendo estas la caza o persecución de estos animales asilvestrados, si no más bien un mayor control de las mascotas con fuertes multas por abandono o no tenerlas debidamente registradas, así como la castración de los animales que se encuentran ya en libertad para evitar aumentar su número, pues ellos tampoco disfrutan en esta situación.
En definitiva, es una alegría ver tanta belleza en un lugar donde no se cuida, pero a su vez da miedo el pensar que algún día desaparezca, es injusto que tratemos tan mal el medio y él nos regale estos momentos, lo que me recuerda la frase:
«La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta»