jueves, 16 de agosto de 2018

Los moluscos han tomado el Cabo

Hoy damos descanso a las aves, pero no por cualquier cosa...

Esta semana pasada tuve la oportunidad de realizar una de mis salidas a Marruecos con unos acompañantes de excepción. Disfruté de la compañía siempre grata y enriquecedora del naturalista Manuel Tapia, quien me presentó a dos eminencias dentro del mundo del naturalismo y ecologismo. Me refiero al Doctor Miguel Ángel Esteve Selma, profesor titular de la Universidad de Murcia, donde imparte clases de Ecología, gestión de espacios naturales, evaluación de impacto ambiental y elementos de política ambiental; y la Doctora Julia Martínez Fernández, profesora asociada de Ecología en la Universidad de Murcia y Directora Técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua; ambos con un ingente número de aportaciones a la comunidad científica en forma de proyectos, publicaciones, congresos y la inestimable labor formando el futuro de la ecología de nuestro país (y parte del extranjero).

Poder conversar sobre el medio natural y las problemáticas que surgen con estos tres monstruos (en el buen sentido) en conservación medio ambiental ha sido un honor, he aprendido muchísimo y, como no, he aprovechado también para realizar mis observaciones y apuntes sobre la fauna de la zona.

Hicimos dos salidas a Marruecos, la primera el domingo 5 de agosto a la ya visitada zona de la laguna de la Mar Chica y las playas de Kariat Arkamane, y la segunda fue vespertina, el miércoles 8 del mismo mes, en diferentes enclaves del Cabo Tres Forcas.


Laguna Mar Chica y playas de Kariat.

El domingo 5 de agosto visitamos la laguna salobre de la Mar Chica, primero el brazo de tierra que la separa del Mediterráneo, y posteriormente una zona pesquera y de veraneo en el extremo sudeste de la misma llamada Kariat Arkamane.



Este es un lugar fantástico para el disfrute de la naturaleza, hablamos de una enorme laguna de 115 km2 de extensión (siendo la mayor laguna costera de la costa mediterránea africana) y con una profundidad máxima de 8 m., lo que la hace perfecta para innumerables formas de vida. Por eso mismo se ha usado siempre como zona de criadero de bivalvos y langostinos, teniendo una importante tradición pesquera.

En cuanto a las aves, es un paraíso por su morfología y el lugar en el que se encuentra, pues muchas aves que en verano deberían estar en Europa deciden quedarse en esta laguna a criar, y en invierno, aves que normalmente llegarían al extremo sur del Sahara encuentran en este lugar las condiciones idóneas para pasar los meses frios del año.



Pero en esta ocasión dejamos las aves en un segundo plano, pues la visita tenía como fin "hurgar" en las montañas de los descartes de pesca en busca de conchas pertenecientes a los moluscos de la zona, pues Miguel Ángel, además de todo lo comentado en su presentación, es un malacólogo aficionado ávido de estudiar y coleccionar lo que esta zona tenía que ofrecerle en esta materia... Y no quedó decepcionado.

Aquí podemos ver a Manuel Tapia (Izq.) y Miguel Ángel Esteve (Der.), recogiendo muestras de la pila de descartes.



La mayoría de las conchas tenían inquilino, Cangrejo ermitaño (Dardanus arrosor)

Los resultados de dicha recogida fueron analizados en la segunda visita, y yo lo comparto con vosotros un poco más abajo.

Además de las conchas, tuve la suerte de mantener largas conversaciones con Miguel Ángel y Julia sobre conservacionismo, donde Manuel Tapia y yo, barriendo para casa, le expusimos diferentes problemáticas con las que nos topamos en Melilla. Poco más puedo decir aún, pero se plantearon proyectos ilusionantes para el futuro de la ciudad, no solo a nivel ambiental, si no económico y social. Julia fue artífice de muchas de las propuestas, allanándonos el camino con su conocimiento sobre temas hídricos y de optimización de recursos. Espero que se conviertan en una realidad pronto, desde luego hablando con expertos de tal magnitud es difícil no soñar con todo lo que podría llegar a hacerse con un poco de intención y compromiso.


Las hermosas aguas de la playa de Kariat, de un intenso azul turquesa.


Tarde en el Cabo (de las aves) Tres Forcas.

Tras la recogida de muestras, el día 8 de agosto nos reunimos en la casa donde estaban parando Miguel Ángel y Julia. No puedo no pasar por alto que dicho lugar se encuentra en el Cabo Tres Forcas, y que es este accidente geográfico el que da nombre al blog; se trata de un saliente que se interna en el mar unos 20 km. desde la Laguna de la Mar Chica. Su origen es tanto continental (una placa que subduce provoca el levantamiento de la corteza, dando lugar a parte de este cabo), como volcánico (por erucciones del monte Gurugú cercano a Melilla), dotándolo de una amplitud de ecosistemas impropia para una superficie de tierra tan pequeña. Otro elemento que favorece esa diversidad es su cambio en altura, pues va desde el nivel del mar hasta los 400 m., así como una alta pluviometría.


Volviendo al tema de las conchas, Miguel Ángel se había esforzado desde el día de la recogida en limpiar las piezas, que tenía ordenadas y expuestas para cuando llegamos.

Colección de conchas recogidas

Entre las muestras más relevantes encontramos: Cymatium (Monoplex) parthenopeum, Bolma rugosa, Semicassis undalata, Cymbula safiana, Leptopatella nigra, Natica hebraea, Monodonta articulata, Hexaplex trunculus, Eutrya cornea...


Cymatium (ahora Monoplex) parthenopeum


Una curiosidad de este grupo de conchas que pudo recoger Miguel Ángel, es el hecho de que mantengan tan bien el periostraco, que viene a ser esa capa externa de la concha, compuesta por material orgánico, similar a piel o pelos. Normalmente se deteriora al morir el animal, por eso es muy probable que nunca la hayas visto, y eso hace tan excepcional el estado de estos ejemplares.


Leptopatella nigra (der.) y Cymbula (antes patella) safiana (izq.)


Dos lapas, difíciles de diferenciar en foto, pues la característica clave para su identificación es la forma más o menos abombada de su concha, terminando en una más en pico cónico (Nigra), mientras que la otra es redondeada (Safiana).


Bolma rugosa



Concha relativamente común pero con un dato curioso que aportar, ese "medallón" anaranjado no es más que el opérculo del molusco, una especie de tapadera protectora. También recibe el nombre de Ojo de tigre o, y aquí viene lo curioso, "jaqueca", y esto es porque la medicina tradicional le atribuye propiedades contra el dolor de cabeza.

Tras una charla con Miguel Ángel sobre el tema, nos aclaró que es una creencia bastante extendida en tiempo y espacio, y que mientras en esta zona se colocan el opérculo en las sienes para mitigar el dolor, en la antigua Macedonia, lo molían y tomaban para el mismo fin.


Euthria cornea




Monodonta articulata




Hexaplex trunculus




Natica hebraea




Semicassis undulata



Tras el análisis de los moluscos y una clase magistral (por la que estoy eternamente agradecido) del Doctor Esteve, nos dispusimos a dejarnos llevar por otra pieza clave del grupo, Manuel Tapia, que conoce los recovecos de este cabo como nadie y nos tenia preparada una ruta por maravillosos lugares.

Faro de Tres Forcas, construido en 1921

Manolo nos llevó a una playa, cercana a pequeños núcleos de población (tanto estacional como residente), que tenía un promontorio escarpado y bien conservado. Fue aquí donde nos contó el secreto de su conservación, aquello era un Morabo, es decir, un antiguo lugar sagrado de culto, anterior incluso a la conquista musulmana.

Básicamente se trata de un lugar con alguna peculiaridad natural, puede ser un peñasco curioso, un árbol que predomine del resto, una cueva u oquedad que resulte llamativa..., esto terminaba creando fascinación animista en la población local, muy dada a peregrinar a este tipo de lugares. Con el tiempo terminaba convirtiéndose en la morada de algún santón local, lo que aumentaba el misticismo y su concepción de lugar sagrado. Al morir este guía espiritual, solía ser enterrado en el lugar, y tras este los pobladores locales, formándose un cementerio. Todo esto provocaba un respeto por dicho enclave, lo que impedía su profanación o deterioro de ningún tipo, lo que favorecía la conservación de la fauna y flora original, un tesoro a ojos de los naturalistas.

Morabo sobre la peña que visitamos

Gracias a todo esto, el paseo nos transportaba a otra época, sin el deterioro actual del resto del paisaje, y aunque seguía dejando a un lado la observación de aves (de momento), pude ver otras muchas cosas curiosas:

Nido de avispas (Vespula germanica)




Araña tigre (Argiope lobata)

Zona ventral de una Argiope lobata




Aprovechando que esta Argiope nos mostraba su zona ventral os mostraré algún rasgo de su anatomía. En primer lugar vemos que claramente su cuerpo está segmentado en dos partes, conocidas como tagmas, el opistoma que sería el equivalente a su abdomen, y el prosoma que alberga la fusión de cabeza y torax. Además podemos observar por un lado la glándula por la que segrega la seda para construir su tela y envolver a sus presas (recuadro superior), y por otro lado el juego de piezas alimenticias, formadas por dos quelíceros bien desarrollados para agarrar sus presas mientras le inocula el veneno o las devora (recuadro inferior). 

Por otro lado, como el resto de arañas, tiene cuatro pares de patas y, aunque no se aprecia, cerca de los quelíceros suele tener dos pedipalpos, que son pequeñas pseudopatas táctiles con mayor sensibilidad, que usa entre otras cosas para fecundar a las hembras o notar el movimiento de una posible presa atrapada en su tela.

Detalle de la curiosa costa que se forma en esta zona del cabo.

La excursión, por desgracia, iba a verse truncada por una repentina niebla cerrada y una lluvia que hacían peligroso conducir por aquellos sinuosos y escarpados caminos, aunque esto nos llevó de nuevo a la casa del Cabo, donde poder mantener otra enriquecedora conversación con mis ilustres acompañantes.

Y ahora si que pude detenerme un poco a observar las aves de la zona, y aunque muchas no se dejaron fotografiar, pude sacar un par de curiosas instantáneas:


Mochuelo europeo (Athene noctua)

Pude observar una pareja de Mochuelos desde el porche de la casa, a escasos metros el uno del otro como se aprecia en alguna de las fotos, uno de los animales más carismáticos y comunes de esta zona.



Curiosa imagen donde aparecen ambos mochuelos, ¿te ha costado encontrarlos?


Collalba negra (Oenanthe leucura)

Curiosa ave que gusta de estar sobre roquedales o muros, como se aprecia en la foto. En este caso vemos a un adulto con un volantón. Fue agradable ver una gran cantidad de este magnífico emplumado, muy cómodo en los rocosos valles del Cabo.




Además pudimos observar ya de vuelta un grupo de entre 8 y 12 Perdices morunas (Alectoris barbara), ejemplares jóvenes y confiados que viven en los escarpados terraplenes de este cabo, poniéndole difícil la tarea a todo aquel que quiera cazarlos.

Para despedirme y como aprendizaje personal, Miguel Ángel tuvo a bien mostrarme la diferencia entre dos exquisitos moluscos muy cotizados en la gastronomía mediterránea, hablo de las Canaillas y los Búsanos.


Cañailla (Bolinus brandalis)

Búsano (Hexaples trunculus)


La problemática se plantea en algunos lugares de la costa andaluza así como en Melilla, donde toda la vida hemos vivido engañados pues llamábamos búsano a las cañaillas y viceversa.

Y es que la explicación del Doctor denota la incongruencia de nuestro equívoco, pues es lógico que la cañailla reciba este nombre por la "caña" que posee en uno de los extremos de su concha. Como he podido vivir engañado tanto tiempo...



En fin, espero que perdonéis el descanso que he dado a nuestros emplumados y apreciéis estos nuevos conocimientos como la hice yo, sobre todo viniendo de eminencias como el Doctor Miguel Ángel Esteve Selma y la Doctora Julia Martínez Fernández.

Un saludo y hasta el próximo post.



2 comentarios:

  1. Me ha encantado!! Soy de Melilla, y no sabia que teniamos tanta maravilla tan cerquita!!! Doy fe del opérculo de Bolma rugosa: mi madre tiene un anillo que se pasa x las sienes cdo sufre jaqueca!!
    Un saludo y ENHORABUENA!!!

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    1. Muchas gracias, si que es cierto que los alrededores naturales de Melilla san muy desconocidos todavía para el público en general, pero son una auténtica maravilla, y eso que en los meses de verano es cuando menos diversidad se observa. En cuanto a lo de la "jaqueca", me alegra saber que se mantiene esa tradición, que gran parte de verdad tiene si está tan extendido, un saludo!

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