sábado, 23 de mayo de 2020

Un secuestro de buena fe

Hoy encontré un pequeño mirlo en mi jardín, parece joven, con plumas pequeñas, despeluchado y aún no alza el vuelo, sin duda debe estar abandonado pues no para de chillar como si llamara a alguno de sus padres, no pude dejarlo ahí así que lo cogí y me lo llevé a casa para cuidar de él.

He visto a mucha gente en internet dando consejos sobre cómo rescatar a un pájaro, y aún recuerdo los relatos de mi abuelo sobre como cuidaba gorriones, así que le he preparado un platito de agua, un montoncito de alpiste y le he dado de comer mollita de pan mojada en leche. Además le he preparado una caja de zapatos donde puede descansar, sin duda eso lo ayudará a recuperar fuerzas. Pobre animalito tan solo…

Esta mañana ha amanecido con el plumaje sucio y descuidado, claramente debe estar enfermo. Me apena verlo de esa manera así que lo he soltado por casa para que estirara las plumas y a correteado como loco por el cuarto de baño. Se nota que este pequeñín quiere vivir.

Es el tercer día que pasa conmigo, y hoy me ha despertado muy temprano, chillando, con un piar melancólico, como si buscara algo o a alguien. Su plumaje no ha mejorado y apenas ha tocado el alpiste y el agua, así que le daré una buena ración de pan con leche, así se pondrá fuerte.

Hoy volví a sacarlo de su caja para que corriera y revoloteara, pero se ha quedado ahí, sentado en el suelo del pasillo, cabizbajo, sin moverse… Yo le azuzaba levemente sobre la cola esperando que reaccionara, pero fue en vano, me temo que sigue terriblemente enfermo. Me parte el alma verlo así.

Esta mañana algo raro pasó, no me despertaron sus gritos que, pese a ser tristes, cargaban mis ganas de cuidarlo, tampoco escuche su arañar constante en la cajita que tan cuidadosamente le preparé. Quizá esté agotado y no se ha despertado con el alba.

Por desgracia al abrir su caja encontré su cuerpecito… Parece ser que pese a todos mis esfuerzos no he conseguido salvar a este pobre pájaro de la terrible enfermedad que arrastraba. Estoy muy triste pero se que hice todo lo posible por que viviera…

Lo que más me sorprende es que durante todos estos días, dos mirlos adultos se pasaban mañana, tarde y noche corriendo y chillando por el patio, nunca los vi así de desesperados, y con extrañeza me pregunto… ¿Qué estarán buscando?





Estoy seguro de que mucha gente se habrá sentido identificada por este corto relato de mi autoría, pues refleja lo que muchas personas de buena fe hacen cuando ve un pájaro en el suelo, pensando que necesita nuestra ayuda y que es posible que esté solo y abandonado. Podemos verlo en miles de publicaciones en redes sociales, donde comparten el hallazgo de un “pobre huerfanito” que se disponen a “salvar”

Pero es muy importante que sepamos las diferentes etapas por las que pasa un ave, y una de ellas es la de volantón, periodo en el que abandonan el nido para explorar su entorno cuando todavía no vuelan o lo hacen torpemente, y siguen siendo dependientes de sus padres, que le permiten esta libertad controlada para que experimenten bajo su atenta mirada, y recibiendo de estos cebas constantes.

Aunque creamos que está abandonado, se ha perdido o ha caído del nido, no está más que en una etapa vital de su desarrollo, donde aprende sobre posibles fuentes de alimento, peligros y empieza a desentumecer sus alas para prepararlas para la maravilla que es el vuelo.

Mirlos, gorriones y otras aves comunes en nuestras ciudades, parques y jardines, necesitan de este momento crucial en su paso de jóvenes a adultos, pues a diferencia de otras aves que abandonan el nido directamente para volar y ser independientes, estos necesitan de esa “adolescencia” que muchas veces malinterpretamos.

Por eso, cuando veamos un pájaro que consideramos abandonado, herido o enfermo, siempre debemos contactar con expertos que sabrán discernir que le pasa. Debemos llamar a un Centro de Recuperación de Animales (CREA) o al SEPRONA de la Guardia Civil a través del 112 para que se hagan cargo del animal si fuera necesario.

2 comentarios:

  1. Muy bueno. Muy, muy bueno. Y muy oportuno en esta época. En la que, además, vamos a poder empezar a salir al campo a "bichear". Me tomé la libertad de compartirlo en mi muro de Facebook. Gracias.

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    1. ¡Muchísimas gracias! Es cierto que estamos en ese periodo del año en el que empiezan a aparecer volantones por todas partes, y si esto sirve para que la gente se vea reflejada y tome algo de conciencia bienvenido sea, así que todo lo que se pueda compartir perfecto. ¡Un saludo!

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